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La situación de la niñez en el Perú


Entrevista con Jhon Gamarra Arellano

Especialista en Niñez y Adolescencia


Con motivo de la Semana Nacional de los Derechos del Niños, conversamos con Jhon Gamarra Arellano, especialista en temas de Niñez y Adolescencia. John Gamarra es licenciado en Administración de la UNMSM con una maestría en Gerencial Social por la PUCP, ha trabajado más de 17 años en el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, así como en otros sectores del Estado, siempre vinculado a temas de niñez y adolescencia. Actualmente se encuentra en el Ministerio de Justicia, trabajando en torno a la problemática de los adolescentes dentro del sistema de justicia juvenil.

Jhon, para entender el contexto… ¿En el Perú existe un marco legal que regula la protección de la niñez?

En el Perú existe un Código del Niño que regula todo lo que es específico para los menores de edad. Sin embargo, hay una particularidad: el Código del Niño inicialmente incluía los deberes y derechos de los menores, así como parte del Sistema Nacional de Atención Integral. Además, había secciones vinculadas a la desprotección familiar y al sistema de justicia juvenil. Sin embargo, en el Perú, no se llegó a un consenso para modificar y actualizar el código.

Por ello, toda la sección relacionada con el sistema de justicia juvenil tiene una norma propia, separada del código, que es el Decreto Legislativo 1348. Asimismo, la norma vinculada a los niños en desprotección familiar, o en riesgo de desprotección familiar, también cuenta con un decreto legislativo específico, que es el 1297. Así está configurado actualmente el marco legal en el país.

Desde esta perspectiva, el Perú posee un marco legal amplio que protege particularmente a los niños, niñas y adolescentes que pueden estar en riesgo de perder el cuidado parental o que tienen padres o madres que no les brindan la protección, cuidado y afecto que deberían. Esta situación se clasifica en el Perú como desprotección familiar. Para abordar esto, existe una legislación especial y organizaciones dedicadas a esta labor.


Y para poder comprender la problemática ¿Cuáles dirías que son los derechos de la niñez que más se encuentran vulnerados en nuestro contexto?

Las estadísticas indican que 1 de cada 6 niños ha sufrido violencia familiar. Esta violencia en el entorno familiar es uno de los problemas más grandes y frecuentes, y a su vez detona otras circunstancias.

Al realizar análisis más profundos, por ejemplo, en el sistema de justicia juvenil, se observa que un gran porcentaje de los adolescentes que han infringido la ley penal han sufrido violencia en sus hogares. Así, la violencia se presenta como un gran detonador y genera múltiples víctimas.

En cuanto a la desprotección familiar, hay tres condiciones prevalentes: la violencia ya mencionada, la negligencia familiar y el abandono de funciones parentales.

Aunque estas son las tres más persistentes, también encontramos problemáticas específicas que son sociales y están vinculadas a la infancia, como el trabajo infantil y adolescente. En el Perú, la ley establece que el límite de edad para trabajar es de 14 años; cualquier forma de trabajo para niños menores de esa edad es ilegal. Sin embargo, aproximadamente 1,4 millones de niños están involucrados en el trabajo infantil, según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

Otro problema prevalente en el país es la explotación, que puede manifestarse como explotación laboral o explotación sexual. La trata de personas, vinculada a esta explotación, es otro formato que representa un grave problema.

Entre otras circunstancias preocupantes, también se encuentra la violencia en las escuelas, que presenta cifras alarmantes y vulnera los derechos de los niños.

En cuanto a otros temas relevantes, vinculados a los derechos universales a los que los niños deberían tener acceso, como educación, salud e identidad, se ha mostrado avances significativos. Sin embargo, los problemas que he mencionado son los más urgentes y requieren atención inmediata.


Y finalmente Jhon, en base a lo conversado ¿En qué deberíamos actuar con mayor urgencia para fortalecer la protección de la niñez?

Definitivamente, en evitar que los niños caigan en abandono.  Aproximadamente 30 niños caen en abandono a diario, ya sea porque sus padres no están calificados para encargarse de su cuidado o porque sencillamente no tienen a nadie que se haga cargo de ellos. La desprotección familiar es un problema que requiere atención y para el cual hay una serie de brechas que necesitan ser cubiertas.

Las Unidades de Protección Especial, que son los servicios encargados de atender estos problemas desde la vía administrativa, actualmente no son suficientes. En el país existen solo 25 sedes, las cuales no cubren la totalidad de los distritos; hay alrededor de 1,500 distritos que no cuentan con cobertura de estos servicios. Estos servicios llegan a cubrir aproximadamente entre 500 y 600 distritos, mientras que los demás deben ser atendidos por Juzgados de Familia o juzgados mixtos, donde estos últimos no están equipados para tratar casos de familia de manera especializada. Esto resulta en una gran proporción de niños, niñas y adolescentes que no cuentan con un sistema de protección adecuado.

Además, es fundamental que la academia especialice a los profesionales en este campo.

Actualmente, el sistema de protección está cubierto por profesionales que han adquirido experiencia laboral, pero no necesariamente tienen la formación especializada. Esto genera problemas en los procesos de recambio y afecta la competitividad y el desempeño del personal.

Idealmente, quienes se dediquen a la protección de niños en situación de desprotección familiar deberían tener una formación específica y vocación para esta labor. Sin embargo, eso no existe en la actualidad, lo que obliga al Estado a cubrir esta falencia a través de procesos de inducción, siendo esto una necesidad que debería ser atendida más desde el ámbito académico y universitario.

También hay una falta de recursos, ya que los equipos encargados de atender a los niños están saturados y enfrentan inconvenientes para evaluar los casos y hacer un seguimiento adecuado. Además, es crucial aumentar la cantidad de familias acogedoras y también la de centros de acogida residencial, porque existen brechas significativas en el sistema de protección.

Cuando se agotan las opciones de reintegrar a los niños con sus familias o encontrar familias acogedoras, el Estado se ve obligado a recurrir a los centros de acogida residencial. Sin embargo, estos centros deben responder a las necesidades y características específicas de los niños.

No existen suficientes centros especializados en perfiles específicos, por ejemplo, para atender a niños, niñas y adolescentes con problemas de salud mental, ni para varones que han sido explotados sexualmente, ni para mujeres en situación de calle.

Esta falta de centros adecuados es un déficit que el Perú debe abordar. No podemos pedirle a la población que proteja a los niños si el Estado no lo hace. Y cuando seamos adultos mayores, no podemos pedirla a la infancia, que no hemos protegido, que nos proteja a nosotros.

Entonces, la mochila que lleva la infancia en el país es muy pesada. Los actores políticos y públicos, quienes tienen la capacidad de decisión, deben visualizar que invertir en los niños, niñas y adolescentes, reditúa en un país democrático y en una sociedad igualitaria, que nos permita vivir con paz social y con capacidad para ejercer nuestros derechos.

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